miércoles, 22 de julio de 2015

El resto

Fue como un día más en el infierno, como apagar las llamas con gasolina, sin embargo, con el corazón más frío que el del mismísimo diablo.

Habría sonreído si hubiera recordado cómo hacerlo. Poco quedó de humano en esto... No se trata de lo listo y lo bueno que seas. Se trata del caos y la suerte, y cualquiera que piense de modo diferente es un tonto. Todo lo que puedes hacer es resistir furiosamente tanto y tan duro como puedas.

Cada vez más cerca del cielo, cada vez más alejado del tiempo, cada vez más quebrado, cada vez más quieto. Fue como una pesadilla.

Una pesadilla que fue dejando manchas oscuras en mi alma que nunca saldrán.

Me siento como un encefalograma plano... Pero mañana será otro día... O eso dicen.
Me despertaré cansado hasta lo más profundo, yaciendo en un charco de mi propio sudor. Ese sudor frío...

Y no sabes si sigues soñando o despierto en una pesadilla. Y solo encuentras una voz, una vocecita en tu cabeza...
¿Cómo apagar esa pequeña voz de dentro de tu cabeza que comienza a susurrarte que deberías estar contento?
Esa pequeña voz prueba, más allá de cualquier duda, que yo estoy condenado.
Condenado a juntar un rompecabezas y la imagen final eres tú acabando ese mismo puzle.
Una leyenda urbana hecha realidad.

Y es con esa voz cuando piensas en que uno merece más. Qué aquel que no supo ver el valor en ti, no merece que le pienses. Y es cuando recuperas el aliento y sacas el valor suficiente para enblanquecer el pensamiento.

Mi mente estará más clara que nunca, como si en alguna parte por encima, las nubes de tormenta se hubiesen disipado, y las frías estrellas brillasen desde los negros cielos.

Y entonces todo terminará. La tormenta perderá su frenesí y las nubes desiguales dejarán paso a las estrellas allí arriba...

...Un poco más cerca del cielo...

Fdo: The Real Me

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