"La necesidad de ser correcto, la muestra de una mente vulgar" - Albert Camus
Y de esto habla mi trayectoria, con esto he llegado a donde estoy y a ser quien soy. Más lejos o más cerca, mejor o peor, pero siempre con la cabeza alta.
Orgulloso de mí (como no podría ser de otra manera) y orgulloso de aquella gente que me rodea que es capaz de admirar mi forma de ser, mi forma de pensar y mi forma de actuar (que serán pocos, pero buenos). Y sin ánimo de ofender a nadie, siento decir que el panorama es un tanto desolador.
Veo, veo y siento, que la sociedad ha perdido el norte, ha perdido los valores y está perdiendo la capacidad de pensar. No me gusta mirar a mi alrededor y ver gente que se deja llevar por la corriente, esclavos de un smartphone, pendientes de Gran Hermano y dejando a un lado los valores que tradicionalmente nos han hecho "humanos". Me repugna, me repugnais. Sí, me da asco. Me da asco la sumisión que mostráis ante el sistema, me da asco que no seáis capaces de cuestionaros la realidas que os están mostrando y me da asco que los que no son iguales que vosotros sean estigmatizados.
En todos los sitios lo vemos, desde arriba te mandan el mensaje: No digas eso, no pienses así, no llames la atención. No seas diferente, a la gente no le gusta lo diferente.
Y esta es la cruda realidad. La estructura está diseñada para que dejes de pensar, todos los hilos están dispuestos para que te amuermes, y lo peor, os dejáis placidamente.
Y me vais a perdonar, por llamaros vulgares, pero no me da la gana ser correcto, no me da la gana seguir los convencionalismos o aceptar sin más lo que me dan de forma impuesta porque el mundo que hay ahí fuera es mucho más grande de lo que cabe en una televisión o en un periódico o en una pantalla. Sin grandes mentes inquietas no habríamos llegado a donde hemos llegado, no lo echéis por alto.
Y sí, a veces no soy correcto, a veces, cuestiono la evidencia, y lo mejor, a veces me equivoco pero me equivoco con orgullo de haber probado a cambiar lo "socialmente establecido".
Y me señalan, hablan de mí, te dejan de lado y, en ocasiones, solo me tengo a mi mismo pero por muy difícil que sea, prefiero nadar contracorriente.
Fdo: The Real Me